viernes, 30 de abril de 2010

Babel sin barbaridades (Fernando Savater)




Aún no he podido leer el libro 'Babel o barbarie' de Patxi Baztarrika, sólo conozco el extracto aparecido el pasado domingo, así como la entrevista al autor en este mismo periódico. Todo parece indicar que se trata de una obra interesante, planteada con cordura y que se esfuerza por conciliar intereses cuya oposición a veces se extrema por razones de instrumentalización partidista. El titular que encabezaba el resumen es de esperanzadora sensatez: «El futuro del euskera pertenece a la ciudadanía». En efecto, allí donde una lengua autonómica no es perseguida ni prohibida lo que garantiza su uso es la voluntad de quienes desean hablarla y manejarla, nunca normas que la imponen como obligación patriótica a todo el mundo, tanto si les gusta como si no. Y es perfectamente asumible que incluso los ciudadanos que de hecho no la hablan, simpaticen con su salvaguardia como un bien común de interés cultural y social para la convivencia en su conjunto.


Sin embargo, la referencia a Babel en el título de la obra no me parece exacta ni afortunada para comprenderla adecuadamente. Según el autor, hay que reivindicar a Babel, puesto que la pluralidad lingüística no es una maldición sino «una característica de la libertad y un signo de riqueza». Desde luego no soy un experto en exégesis bíblica, pero yo diría que la maldición divina que castiga el orgullo de los humanos en la famosa torre consiste en la confusión de las lenguas, no en su mera pluralidad. Es decir, lo malo no es que haya varias lenguas sino que los hablantes dejen de entenderse entre sí. Porque el lenguaje humano está hecho para comunicarse, no para afirmar lo distintos e idiosincrásicos que somos todos.
La riqueza humana consiste en que podemos comprendernos unos a otros y colaborar así en empeños comunes de nuestra libertad, sea construir una torre que llegue hasta el cielo o -más sensatamente, a mi entender- construir sociedades donde puedan convivir pacíficamente personas de diferentes ideologías o mentalidades.


En el caso de nuestro país, Babel sería que las dos lenguas que tenemos, la común a todo el Estado del que somos ciudadanos y la peculiar de la comunidad vasca, se mantuviesen como mutuamente cerradas e ininteligibles para así quedarnos satisfechos de lo distintos que somos unos de otros y de los demás vecinos estatales. Ese planteamiento sí que se parecería bastante a una maldición y, si no le he entendido mal, es precisamente lo contrario de lo que con mucha razón desea Patxi Baztarrika. No digo que la diversidad de lenguas que existen en el mundo sea una maldición bíblica, pero son un hecho problemático que causa más de un conflicto. Hay miles de lenguas pero sólo unos pocos cientos de Estados, por lo que es obvio que en cada uno de ellos ha de buscarse un idioma políticamente común, además de respetar -en los que son democráticos- la existencia cultural del resto.


En sí misma, la diversidad de lenguas no tiene por qué ser vista como un bien: si de lo que se tratara es de multiplicarlas, lo adecuado no sería aprender las que hablan otros para comunicarnos con ellos, sino inventarnos cada uno la nuestra lo más rara posible para así demostrar que nuestra libertad no admite componendas sociales. Afortunadamente, la tendencia general no es tan demencial: además de las lenguas propias, los sistemas educativos incluyen en la enseñanza alguno de los idiomas más hablados -como el inglés o el castellano- pero rara vez eligen como idioma complementario el finlandés o el urdu, que también tendrán su encanto pero resultan menos útiles.


Porque en ciertos casos depende mucho de la lengua que se hable. Con motivo del terremoto en Haití, he leído bastantes estudios sobre el atraso de ese país respecto a la relativa bonanza de la República Dominicana, la otra mitad de la isla. Entre varias razones históricas, siempre se señala la desventaja educativa y cultural del creole frente al castellano. Ninguna lengua es buena o mala en sí, pero por razones históricas algunas alcanzan mucha más extensión geográfica, mayor número de hablantes y más abundancia de literatura o bibliografía que otras. Es lógico que quienes pueden elegir las prefieran como medio de expresión o estudio. De modo que la hegemonía del castellano en el País Vasco es inevitable lo cual no quiere decir que sea inevitable el monolingüismo. El idioma común del Estado tiene una primacía constitucional y práctica (en los negocios, en los viajes, en la administración, etc...) que afortunadamente se complementa con la posibilidad institucionalmente reconocida de convivir en nuestra CAV con el uso del euskera en muchos ámbitos por quienes así lo deseen.


El perfecto bilingüismo es un deseo encomiable pero que siendo realistas sabemos que nunca será alcanzado por gran parte de la población. Lo que sin embargo sí que está a nuestro alcance -y hoy es ya algo habitual en la mayoría de los casos- es el intercambio normal, basado en el sentido común y en una educación no sectaria, entre los que habitualmente recurren a una u otra lengua. Sabiendo, claro está, cuál es el alcance oficial y social de cada una. Los amantes del euskera pueden aumentar el de la suya haciéndola cada vez más atractiva a quienes la desconocen o la usan poco: a este respecto, la abundancia actual de buenos escritores jóvenes en vascuence puede hacer más por la perpetuación de éste que cualquier forma de imposición burocrática, la cual a menudo sólo provoca rechazo y fastidio contra parte del patrimonio cultural que compartimos.

Fernando Savater, EL CORREO, 25/4/2010

La timidez de Batasuna (Florencio Domínguez)




A ETA seguramente no le va a gustar que Batasuna haya repartido las culpas del bloqueo entre el Gobierno y la banda, pero ese ejercicio de equidistancia no satisface las expectativas de la mayoría de los ciudadanos para los que el papel de Pamplona de ayer será otra oportunidad perdida.


A los dirigentes de Batasuna les habrá parecido un paso histórico la declaración presentada ayer en Pamplona en la que le decían a ETA que tienen que responder a la petición formulada por una serie de personalidades en Bruselas. ¡Con lo fácil que sería decirle a ETA que tienen que dejar las armas, sin perífrasis, para que la banda supiera que es a Batasuna a quien tiene que dar una respuesta y no a Brian Currin!

Sucede que ETA ya dio respuesta a la declaración de Bruselas en el comunicado del Aberri Eguna. Una respuesta negativa porque rechazó la petición de tregua que le habían hecho los firmantes del texto preparado por Currin. Batasuna dijo entonces que le parecía positiva la respuesta, pero no debía ser verdad visto que ayer en Pamplona volvieron a pedirle a la banda que se pronunciara.


El documento de Batasuna demuestra la incomodidad de este partido con la continuidad de la actividad de ETA porque ésta dificulta la vuelta a la legalidad y los pactos políticos a los que aspiran los líderes del partido ilegal. Pero demuestra también la timidez de esos líderes para decírselo a ETA con claridad. Escribir otra vez que abogan por la actividad «exclusivamente política» está bien pero lo tienen que demostrar con hechos. Eso mismo lo firmó Otegi en mayo de 1999 y los hechos no han acompañado mucho.


Batasuna defiende en la declaración de Pamplona la vuelta al fracasado modelo de negociación de Anoeta, el de las dos mesas, ETA-Gobierno, por un lado, y los partidos, por otro. Ahí coinciden con ETA que, en el comunicado que fechó el 31 de diciembre pero dio a conocer a mediados de enero, ratificaba su apoyo al modelo de Anoeta. Aquel esquema fracasó no sólo porque la banda dinamitó la tregua, sino porque, al final, la burra de la negociación volvió al trigal de siempre: un diálogo ETA-Gobierno con los dirigentes de Batasuna puestos en primer tiempo de saludo esperando las órdenes de los jefes etarras. ETA no respetó su propio esquema y eso lo reconocen los propios miembros de la organización en sus papeles. «El evitar ese esquema [el de Anoeta] ha sido uno de los mayores fallos estratégicos que se ha producido», escribía un miembro de la banda.


El fracaso de la negociación modelo Anoeta ha sido asumido por la mayoría de las fuerzas políticas vascas que ahora reclaman el abandono de las armas sin condiciones como primer paso para solucionar el problema de ETA. Batasuna intenta volver a un esquema en el que ya nadie cree pensando, quizás, que puede suplantar a ETA en el protagonismo de la negociación y que los 'principios Mitchell' pueden sustituir la falta de voluntad de la banda para dejar las armas.

A ETA seguramente no le va a gustar que Batasuna haya repartido las culpas del bloqueo entre el Gobierno y la banda, pero ese ejercicio de equidistancia no satisface las expectativas de la mayoría de los ciudadanos para los que el papel de 

Pamplona de ayer será otra oportunidad perdida.

Florencio Domínguez, EL CORREO, 25/4/2010

Dos versiones de la democracia (Francesc de Carreras)

Viñeta de Mafalda (Quino)

El debate sobre la sentencia del Estatut refleja bien dos concepciones muy distintas de la democracia: la democracia jacobina y la democracia constitucional

El debate sobre la sentencia del Estatut refleja bien dos concepciones muy distintas de la democracia: la democracia jacobina y la democracia constitucional.
Las dos parten de idéntico principio: democracia es el gobierno del pueblo, la expresión de la voluntad de los ciudadanos. Es, por tanto, el gobierno de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo. Este último es la dictadura, el gobierno de uno o de una aristocracia. La democracia es el gobierno de todos, conectado inevitablemente, a su vez, con la idea de Estado de derecho, es decir, con la idea de que quienes nos gobiernan son las leyes, no los hombres. Siempre, naturalmente, que estas leyes sean generales, garanticen los derechos fundamentales y expresen la voluntad mayoritaria del pueblo.
La democracia está basada en las ideas contractualistas del siglo XVII, especialmente en las ideas de Hobbes y de Locke. Para estos autores, en el estado de naturaleza, en que no había poder político alguno, los individuos eran libres e iguales pero su existencia se veía constantemente perturbada por las constantes luchas entre ellos y, en la práctica, la libertad y la igualdad se les negaba. Así pues, descontentos con tal situación, estos individuos deciden ponerle fin, y para ello acuerdan mutuamente un contrato mediante el cual fundan un Estado, el instrumento que debe garantizarles seguir siendo libres e iguales como en el estado de naturaleza. Este contrato es, de hecho, la Constitución.

En la Constitución, en el contrato, se establecen y regulan, básicamente, su finalidad (la garantía de los derechos de libertad e igualdad) y los medios para hacer cumplir esta finalidad (los poderes constituidos: legislativo, ejecutivo y judicial, es decir, parlamento, gobierno y jueces). Estos poderes constituidos están condicionados y limitados, por el pacto fundacional y constituyente, sometidos, por tanto, a la Constitución.
Esta inicial idea de democracia liberal tuvo –Gran Bretaña aparte– dos grandes versiones: la estadounidense y la europea. En la primera se mantuvo el esquema inicial según el cual los poderes constituidos están sometidos a la Constitución y ello se garantizaba mediante el control de constitucionalidad de las normas jurídicas por parte de los jueces. En la versión europea, en cambio, el jacobinismo francés consagró la supremacía del Parlamento y de la ley, quedando la Constitución como una ley más y el Parlamento como órgano depositario de la soberanía nacional.

El constitucionalismo europeo se mantuvo en esta línea casi hasta la Segunda Guerra Mundial. Tras comprobar cómo las mayorías parlamentarias, las leyes sin control jurisdiccional y los parlamentos soberanos habían entregado el poder a Mussolini y a Hitler, con la catástrofe posterior que ello supuso, se retornó a la inicial idea de Constitución como contrato previo a la creación de los poderes constituidos. La Constitución debía contener un núcleo básico de derechos fundamentales y un esquema de poderes limitados y mutuamente controlados, cuya garantía última residía en los jueces.
Por esta misma época, este esquema se trasladó también al derecho internacional: la Carta de las Naciones Unidas (1945), la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y, años más tarde, entre otros, los dos Pactos de Derechos de la ONU de 1966 sometían a los estados al derecho y protegían a los individuos frente a los estados. Todos estos cambios, tanto en el derecho interno como en el internacional, empezaban a configurar la democracia no como expresión de la voluntad de la mayoría, sino, en frase feliz de Luigi Ferrajoli, como la ley del débil frente a los desafueros del fuerte. A su vez, también comenzaba a establecerse un principio jurídico de insospechadas consecuencias: la soberanía reside en el pueblo, no en los parlamentos, y el respeto a los pactos fundacionales de los estados, es decir, las constituciones, se garantizaba mediante tribunales constitucionales. Esta era la democracia constitucional.

Se puede ser partidario de la democracia jacobina, basada en la prevalencia absoluta de las mayorías parlamentarias, o de la democracia constitucional, en la que, además de en las mayorías, la democracia se asegura también mediante un sistema de controles políticos y judiciales. Pero en todo caso, nuestra Constitución adoptó esta última y, por tanto, o se respeta o se reforma.
El president Montilla declaró el día de Sant Jordi pasado, refiriéndose naturalmente al pleito del Estatut, que "el Tribunal (Constitucional) tiene legitimidad legal, pero hay otro tipo de legitimidad más moral, más política, mucho más ética". No sé muy bien exactamente a qué tipo de legitimidad se refiere Montilla con estos vagos términos, me suena al viejo iusnaturalismo preliberal y predemocrático, a un derecho natural eterno que está por encima de las contingentes leyes humanas, o también al decisionismo schmittiano que justificó a Hitler, pero no creo que Montilla se refiera a ellos. Quizás a lo que se refiere es a la vieja democracia jacobina, en concreto a que las mayorías mandan sin control alguno y que los poderes constituidos pueden modificar aquello que en su momento aprobó el poder constituyente. Si es así, Montilla está hablando del sistema de otros países, y si quiere algún día hablar en estos términos de España, debería comenzar a emprender la reforma de la Constitución.
Francesc de Carreras, Catedrático de Derecho Constitucional de la UAB
La Vanguardia (29.04.2010)

jueves, 29 de abril de 2010

Yo también quiero que Ramoncín luche contra la piratería en Somalia

Ya que estamos tratando de la SGAE, un grupo de Facebook,,,,

Opinión sobre la SGAE (Noticia enviada por nuestro colaborador David G-M)



Lo cierto es que ese planteamiento (el del artículo sobre la SGAE anterior, pinchad aquí) tiene trampa. Para ser una analogía correcta, deberíamos decir que yo hago una mesa, pagando a un diseñador, y luego vienes tú y la copias, ahorrándote pagar al diseñador de la mesa. Y por supuesto, puedes venderla más barata, y el diseñador de la mesa no percibe un euro por un producto que ha diseñado él, y cuya propiedad intelectual le pertenece.

Hay dos problemas: el canon y los derechos de reproducción. En el tema del canon no sólo estoy en desacuerdo con su aplicación, sino que incluso me parece inconstitucional, porque se salta el principio de presunción de inocencia. Es decir, cuando compramos un CD o un disco duro o un teléfono, pagamos un canon por si en algún momento almacenamos dentro de ellos canciones bajadas ilegalmente de internet. Y da igual si tú ahí guardas tus fotos de las vacaciones o música legalmente comprada por internet. Por tanto, es un principio de presunción de culpabilidad: se da por hecho que vas a cometer el delito, y por tanto, se te pone la sanción de manera preventiva. Con ese modelo de "sanción preventiva", todos deberíamos ir un año a la cárcel (entre los 18 y los 19 años, por ejemplo), por si en el futuro alguno de nosotros decide atracar un banco o matar a una ancianita. Eso no es admisible, y animo a alguien con ganas y tiempo a que recurra al TC, porque es claramente inconstitucional. Ya existe una sentencia en la que el juez obligó a devolver el canon de un CD a un arquitecto que demostró que no había utilizado el CD para almacenar copias ilegales: http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Rechazado/recurso/SGAE/sentencia/canon/judicial/elpcibtec/20061102elpcibtec_4/Tes

Por otro lado, está el tema de la protección de la propiedad intelectual. Si yo creo un diseño, que he hecho con mi esfuerzo, conocimientos y dinero, y alguien viene por detrás y lo copia sin pagarme nada, eso es claramente un robo. Y no vale el argumento de que "es que los CD's son caros y la industria discográfica gana mucho". Si nos parecen caros, no los compremos, y obliguemos a que sea el mercado el que ajuste el precio del producto. Pero copiarlo es un delito. Imaginemos que yo tengo una fábrica de mesas, y pago a un diseñador, y eso me conlleva unos gastos que hacen que tenga que vender mis mesas a 500 €; pero en la tienda de al lado, hay un señor que todas las mañanas pasa por mi escaparate y copia mis diseños, y como se ahorra el diseñador, puede vender sus mesas a 300 €. Ese señor está cometiendo un delito, y no se puede justificar. Y si yo soy el primer vendedor de las mesas me cabrearé mucho, y perderé dinero. Y si soy el diseñador de la mesa, también perderé dinero porque se estará vendiendo mi diseño (es decir, mi trabajo) sin que me lo paguen (es decir, habré trabajado gratis). Eso es lucro cesante.

Y finalmente, está el tema de los derechos de reproducción. Si yo tengo una oficina con unas mesas que he comprado, no es razonable que me cobren por el uso diario de esas mesas. No es en absoluto razonable. Y lo mismo pasa si tengo una peluquería y pongo música para ambientar mi local (otra cosa sería si la música que pongo está ilegalmente descargada de internet). Pero mucho cuidado, porque algo parecido están intentando las compañías telefónicas, que nos cobran a nosotros por contratar el ADSL, y ahora también están intentando cobrarle a los buscadores (Google, Yahoo...); van a intentar cobrar por varias vías para aumentar los beneficios, y en vistas de que en el futuro, las llamadas telefónicas van a desaparecer y se hablará gratis por internet: van a intentar adelantarse para cobrarnos algo nuevo, en previsión de que su negocio de servicios de voz se va a acabar: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Telefonica/abre/veda/cobrar/Google/uso/red/elpepusoc/20100208elpepisoc_3/Tes

Esperamos vuestras opiniones al respecto.

Muere una de las fundadoras del movimiento por los derechos civiles


Muere una de las fundadoras del movimiento por los derechos civiles
Fallece Dorothy Height a los 98 años

 Dorothy Height, una de las fundadoras del movimiento por los derechos civiles en EE UU, murió el día 20 a la edad de 98 años, ha informado un portavoz del hospital Howard Universit, que no ha precisado las causas del fallecimiento.
Según el Washington Post, Height formaba parte del grupo de líderes afroamericanos que emprendieron una cruzada en favor de la justicia racial y de la igualdad entre blancos y negros en EE UU tras la II Guerra Mundial. Desde la Guerra Civil estadounidense, los reglamentos obligaban a la separación de razas en los autobuses, restaurantes e instalaciones públicas en el sur, mientras que la discriminación racial mantenía a muchos afroamericanos sin acceso a barrios y empleos en el norte del país. La activista se centró en lograr el fin de la separación en las escuelas.
Su negativa a humillarse le costó a Park la prisión. "La verdadera razón por la que no me levanté fue que sentí que tenía derecho a ser tratada como cualquier otro pasajero. Habíamos sufrido este tipo de trato demasiado tiempo", declaró ella misma en 1992. "Se mantuvo sentada para que nosotros pudiéramos levantarnos", declaró el veterano activista por los derechos civiles Jesse Jackson tras su fallecimiento, en octubre de 2005.
Presidió el National Council of Negro Women (Consejo Nacional de Mujeres Negras) durante 40 años y dejó el cargo en 1997. Se trata de un movimiento con cuatro millones de miembros que fundó en 1935 el educador Mary McLeod Bethune, uno de los mentores de Height.
En los años treinta, participó en las protestas de Harlem, en los cuarenta, presionó a la entonces primera dama Eleanor Roosevelt para que se sumara a su causa, en los cincuenta luchó para que el presidente Dwight D. Eisenhower acabara con la segregación en las aulas y en los sesenta ayudó a Martin Luther King, Roy Wilkins, A. Philip Randolph, Whitney Young, James Farmer, Bayard Rustin y John Lewis a dibujar la estrategia que acabó con las leyes discriminatorias en EE UU. Aunque Height fue la mujer más influyente dentro del movimiento, nunca alcanzó la fama y la atención mediática de otros líderes (varones) de la comunidad negra de su tiempo.
En agosto de 1963, la activista estuvo en Washington junto a Luther King mientras él pronunciaba su mítico discurso I have a dream (Tengo un sueño). Más tarde, admitiría que se sintió decepcionada porque ninguna mujer hablara ese día en favor de los derechos de la mujer. Height fue invitada en 1963 a la firma de la Equal Pay Act, por la que John F. Kennedy puso fin a las leyes segregacionistas. En 1994, Bill Clinton le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor nacional.
Fue una mujer comprometida y luchadora, tal vez no salga con letras mayúsculas en los libros de Historia, pero hizo pequeñas grandes cosas para cambiar el mundo. Descanse en paz.

Sociedad General de Fabricantes de Mesas

 Artículo enviado por David G-M


Sociedad General de Fabricantes de Mesas


Yo creo la Sociedad General de Fabricantes de Mesas.

Yo fabrico una mesa a Victor Manuel, él va, me la paga y se la lleva a su casa. Un día invita a comer a sus amigos para hacerse una cena con jabugo, ostras, caviar de Beluga y otras delicatessen propias de un currante.

Pues bueno, ¿cómo es que sus amigos están comiendo en MI mesa, disfrutando de ella Y NO ME ESTÁN PAGANDO?.
¿Que ya la pagó en su momento Victor Manuel y él hace lo que quiera con la mesa?. ¡De eso nada!.
Yo se la vendí a ÉL y no al gordo que se está poniendo ciego comiendo en mi mesa.

Así que cada vez que alguien coma en una mesa y no sea éste el que la compró me tiene que pagar.

Pero espera, no solo eso, sino que el que saque beneficio económico de mi trabajo (la puta mesa), lo voy a sangrar.
Es decir, todos los restaurantes que me paguen 2mil€ al mes por usar mis mesas. ¿Pero por qué restaurantes solo?, TODO EL MUNDO USA MESAS: las oficinas necesitan mesa para trabajar Y GANAN DINERO POR ELLO, los voy a sangrar a todos.
¿Una boda?, que paguen por las mesas, ¿NO PAGAN POR LOS LANGOSTINOS?

Pero claro, hay un problema: yo antes hacía mesas, pero hace años que no hago ni una y nadie usa una mesa mia. Pues no pasa nada, yo cobro por TODAS las mesas. Es más, por todo lo que tenga 4 patas y una tabla encima. Por si acaso, vete a saber si alguna de ellas es mía o de mis amigos de la Asosiación.
Pero da igual si esas mesas son de Ikea, YO las cobro y luego digo que el dinero se lo lleva Ikea.





miércoles, 28 de abril de 2010

'La vida de los otros', en versión real

El Encuentro de Centros de Memoria Histórica evoca con testimonios y cifras la represión en la ex Europa comunista - Las atrocidades de la Stasi, al descubierto


Ulrich Mühe murió en 2007, tras haber rozado una sarcástica gloria. Un año antes había sido encumbrado por su interpretación de un eficaz capitán de la Stasi, la ubicua policía secreta de la República Democrática Alemana, que debía espiar a una pareja de artistas. En el filme, La vida de los otros, el capitán lograba convertir a la espiada en espía del régimen. Una más. La película logró el Oscar y miles de aplausos. Mühe estaba impresionante. Hasta aquí la gloria. ¿Cuál era el sarcasmo? Que la primera esposa del actor había colaborado con la Stasi en el pasado.

Lo único bueno de los archivos de la Stasi es que existen. Cualquier alemán tiene derecho a consultar si hay información sobre él y quién la proporcionó. Y vaya si quieren. Más de 2,6 millones de personas han escrutado los fondos para averiguar si fueron espiados y por quiénes desde que se abrieron los archivos del régimen comunista, en 1992. Contra algunos temores apocalípticos, el ansia de saber no iba de la mano del afán de venganza. "No conocemos ni un solo acto violento de una víctima contra su acusador", dijo ayer Helge Heidemeyer, representante del Comisionado Federal de Documentos de la Stasi, en el II Encuentro Internacional de Centros de Memoria Histórica, que se celebra en Salamanca.
La Stasi fue puntillosa, obsesiva. Puestos en fila, sus archivos ocuparían 51 kilómetros. En aquel universo cerrado que todo lo oía, la desconfianza se convirtió en un arma de supervivencia. "Enfrentarse al pasado a veces es doloroso y emotivo, pero pone su vida en sus manos. Ahora ya saben quién espiaba y quién no, pueden probar si han sido víctimas de la Stasi y rehabilitar su nombre si no colaboraron", contó Heidemeyer.
Porque Alemania oriental pareció durante unos años un país de espías. Hasta 174.000 personas colaboraron con la policía comunista en 1989, justo antes de la caída del muro de Berlín. Ese mismo año, en Polonia, los "soplones" no llegaban a los 100.000, según datos aportados ayer por Krzysztof Persak, del Instituto Nacional de la Memoria de Polonia.
El encuentro, que organiza por segunda ocasión el Centro Documental de la Memoria Histórica, pone en su sitio a los archivos, un arma incontestable contra la reescritura histórica o la tentación del silencio. Ya lo avisó el poeta Juan Gelman: "Desaparecen los dictadores de la escena y aparecen inmediatamente los organizadores del olvido". En las oficinas de la Stasi lo hicieron a la carrera destruyendo documentos y grabaciones con cualquier método. "Los quemaron, le echaron agua y también los hicieron trizas con las manos, pero no fueron destruidos por completo", contó Heidemeyer. Son el grupo de los "predestruidos". Ocupan unas 15.500 cajas. Ya han logrado rehacerse 40.000 páginas. Gracias a lo recuperado se ha desenmascarado algún cargo parlamentario que negaba haber colaborado con la policía secreta.
La transparencia del Comisionado Federal de Documentos de la Stasi sirvió de guía para otros países de pasado comunista como Polonia, que comenzó a ajustar cuentas con su historia reciente en 2000, con la creación del Instituto Nacional de la Memoria. "Durante la transición se consideró agitadores a quienes pedían abrir los archivos y se destruyeron muchos documentos", contó Krzysztof Persak, investigador e integrante de la Comisión para la Persecución de Crímenes contra la Nación Polaca.
El Instituto Nacional de la Memoria, además de custodiar 89 kilómetros de archivos de servicios represivos de la era comunista, promueve investigaciones penales y ha acusado a 400 personas por crímenes, torturas o detenciones. "El problema es llevar ante la justicia a los jueces militares que firmaron condenas de muerte, porque se tapan entre ellos", lamentó Persak.
Las deportaciones masivas a la URSS o las limpiezas étnicas contra polacos cometidas por nacionalistas ucranios son algunos de los asuntos que investiga el instituto, cuyo director falleció en el accidente aéreo en el que perecieron numerosas autoridades de Polonia, incluido su presidente Lech Kaczynski, justo cuando viajaban hacia Rusia para participar en un acto de desagravio por la matanza de Katyn. La URSS, responsable de aquella matanza de 22.000 polacos, negó su participación e incluso permitió que el tribunal de Núremberg juzgase por ello a varios oficiales nazis, finalmente, absueltos.
La farsa se destapó en 1990 gracias al presidente Mijaíl Gorbachov, que entregó a su colega polaco Jaruzelski la lista de los fusilados y otros documentos. Las investigaciones iniciadas entonces se cortaron en seco en 2004, bajo el mandato de Putin, cuando se ordenó declarar secreto de Estado 116 de los 183 tomos de la investigación. De nuevo, los organizadores de olvido.
A veces reaparecen sobre terreno ganado. El Tribunal Constitucional de Rumania declaró inconstitucional la ley que desnudaba la represión del régimen de Nicolae Ceausescu. "Contenía veneno", opinó el tribunal. Dragos Petrescu, del Consejo Nacional para el Estudio de los Archivos de la Securitate, desveló la clave: "Los jueces del Constitucional necesitan tener más de 15 años de experiencia. ¡Habían accedido durante el antiguo régimen!". En Rumania, la colaboración con la Securitate no era obligatoria, pero se incentivaba gracias al chantaje y a las prebendas como la autorización para viajar a Occidente. Lo vital y complejo que resultaba salir del país se aprecia con nitidez en la película Cómo celebré el fin del mundo (2006), en la que un niño de siete años, Lalalilu, planea asesinar al dictador para impedir que su hermana huya de Bucarest en 1989.
Los fantasmas del pasado no sólo persiguen a España,,,,,

Alemania 1945




 
Mientras el Ejército alemán desfilaba impecable y desafiante bajo la puerta de Brandemburgo tras el armisticio que ponía fin a la primera guerra mundial, la rendición incondicional impuesta por los aliados en la segunda guerra mundial redujo Alemania a escombros y cenizas. No se trataba solo de la muerte del 10% de la población, de decenas de millones de desplazados sin tierra ni techo, de la destrucción de la mitad de las infraestructuras viarias y de una cuarta parte del parque de viviendas, sino también de la pérdida de la Heimat, del hogar, de la seguridad y la tranquilidad del útero materno, la propia identidad. Pocas veces como esta se puede hablar de un antes y un después.

En Alemania 1945, a diferencia de la multitud de libros que describen el ascenso y expansión del nazismo, el profesor Richard Bessel explica el resurgimiento de la nueva Alemania a partir de la tesis de que la violencia vivida en los primeros meses de 1945 transformaría a los alemanes de verdugos en víctimas: «No Auschwitz sino Dresde; no la batalla de Varsovia de 1939 sino la de Berlín en 1945 (...) no la expulsión de los polacos de sus hogares de las zona anexionadas por el Gran Reich Alemán en Prusia Occidental sino la expulsión de los alemanes de sus hogares de Prusia Oriental, Pomerania, Silesia y los Sudetes...».
 
La Alemania de posguerra se caracterizó por una tensión entre el deseo de recordar el propio dolor y el de olvidar lo que los alemanes les habían hecho a los otros pueblos durante la guerra. De esta manera, lograron hacer borrón y cuenta nueva disociándose del pasado nazi y refugiándose en la vida cotidiana en un intento desesperado por sobrevivir. 
Quizás lo que más llama la atención de este libro es la forma en la que los alemanes se curaron del nacionalismo agresivo definitivamente. La II Guerra Mundial sería recordada no por los años anteriores de conquistas y genocidio, sino por la terrible experiencia de la ocupación, destrucción, caos, violaciones, etc que vivieron ellos mismos en Alemania en el "año cero" (1945). Supongo que el ser humano es así, sólo aprendemos cuando nos toca a nosotros experimentar el dolor.
Un libro recomendable para los amantes de la Historia.

martes, 27 de abril de 2010

Intoxicación (Antonio Elorza)





 

Sólo los grupúsculos franquistas se benefician de la ofensiva contra Baltasar Garzón

En el filme La noche de los muertos vivientes, los difuntos abandonaban sus tumbas para entregarse al saludable deporte de devorar a los humanos. El caso Garzón tuvo como punto de partida las demandas de los familiares de quienes fueron ejecutados desde la sublevación franquista, pero no son estos muertos los que ahora ocupan la escena. De hecho, para los adversarios del juez no han existido nunca, salvo en los autos condenatorios a la hora de recordar la irregularidad del procedimiento propuesto para recuperar sus restos. Ninguno de ellos piensa en cuál sería la mejor fórmula compatible con la ley para atender esa demanda social de los descendientes de las víctimas. Los auténticos muertos vivientes del día son las organizaciones fascistas que plantearon las querellas y seguirán obrando así, sirviéndose de las complicidades en el seno del Estado de derecho. Su resurrección ha sido además posible por la supervivencia larvada de una mentalidad filofranquista que ahora encuentra la posibilidad de repuntar, nada menos que rehabilitar un genocidio y eliminando a quien pretendió hacer justicia sobre el mismo.
Los autos del juez Varela intervienen en ese sentido por omisión, al no plantearse si desde julio de 1936 tuvo o no lugar un crimen contra la humanidad, ni cual sería la instancia más adecuada para ofrecer justicia a las víctimas. El caso del juez Adolfo Prego, protagonista de la admisión de la querella, es ya harina de otro costal. Habla en público sin tapujos, y así, desde la revista de la
Hermandad del Valle de los Caídos nos explica que en los años cincuenta, esto es, bajo Franco, había más machismo pero menos asesinatos de mujeres. ¿Por qué? Entonces "había respeto, moral, conciencia del bien y del mal", sumisión a "valores superiores". Perdido eso en España, nación "milenaria", "el hombre se convierte en una bestia" y mata ancianos, mujeres y niños. La nación española, nos dice entre metáfora y metáfora -antológica la de la Constitución y el chorizo-, resulta hoy destruida desde el BOE; es decir, por las normas promulgadas del Estado democrático. Semejante magistrado está en condiciones de aplicar tales planteamientos más allá del caso Garzón, desde el Tribunal Supremo. ¿Qué más queremos?
La crítica del ex fiscal Jiménez Villarejo apuntaba con argumentos convincentes al desastre que una actuación judicial así sesgada contra un "juez justo" está causando a la convivencia democrática. Sólo los grupúsculos franquistas se benefician de la ofensiva: Villarejo lo subrayó con toda razón y magistrados como Varela debieran haberlo tenido en cuenta. Una vez obtenida la patente de corso, acusarán a todo aquel que se mueva: Villarejo y el rector Berzosa son los primeros afectados. Buen servicio a la democracia.
En torno al eje del PP, la reacción de la derecha contra el acto de la Complutense ha sido brutal. Por supuesto ningún medio, personaje o tertuliano se pregunta si hubo justicia o injusticia en los objetivos de Garzón y en los procedimientos contra él. Y si la Universidad y los sindicatos tienen o no razón para protestar contra el olvido forzoso del franquismo. Ahí están todos en una puja para ver quién encuentra las palabras más contundentes: "aquelarre", "chekismo", "guerracivilismo", "semi-bolcheviques" o bolcheviques a secas, "extremismo izquierdista". Un alto cargo de la Comunidad se ceba en la actuación del rector Berzosa. Alude a su aspecto físico: sin duda él mismo no se mira en el espejo. La autonomía universitaria, a la basura. Rajoy supera sus conocidos límites como político convirtiéndose en inquisidor surrealista, al solicitar dimisiones de altos cargos socialistas por asistir a un acto legal.Y Rosa Díez habla de "golpe contra la democracia".
Cierra el círculo la infamia eficazmente administrada. Portada del diario "líder de información", día 14: "El Supremo acusado de torturas entre aplausos de la izquierda". Puro montaje, ya que frente al auto de Varela, lo dicho por Villarejo fue que bajo el franquismo fiscales y jueces encubrieron las torturas. Verdad incuestionable. Y citó expresamente al TOP, no al Supremo, como puede comprobarse consultando el vídeo de Libertad Digital. Ante las cámaras pude comprobar que al número dos de la Cosa los documentos prueba de la falsificación no le impresionan. Se mantuvo agresivo en la falsedad. Y es que la intoxicación ha sido muy eficaz; sus ecos se han escuchado en todos los medios derechistas, presentándose gracias a ello como los paladines de una conciencia democrática fiel a esa transición que los defensores de la memoria republicana intentarían dinamitar. Crímenes contra la humanidad: provocación. Hay que blindar al franquismo. Elogiable lealtad.
Antonio Elorza
El País (24.04.2010)

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Ahí le duele (Rosa Montero)

El hecho de que el secretario general de la Conferencia Episcopal haya estado por una vez de acuerdo con el PSOE y haya defendido el uso del pañuelo islámico, ¿no les da que pensar que hay algo francamente negativo en la defensa a ultranza del hiyab? En primer lugar, hay que diferenciar el pañuelo del velo que tapa el rostro. El pañuelo, claro, es perfectamente asumible por nuestra sociedad. Y como apunta el arabista Jerónimo Páez, hoy es más una cuestión de identidad que de religión, aunque también, lo dicen algunas chicas musulmanas, intervenga la presión de los novios, es decir, el machismo. Aun así, me parece bien normalizar su uso. Pero justamente porque es algo identitario, como la gorra rasta (perdón, pero los chavales que se la ponen también creen que su identidad pasa por ahí), si la chica va a un colegio que prohíbe llevar nada en la cabeza entonces es obvio que no puede usar el pañuelo en clase. ¿No queremos normalizarlo?
Pues eso es lo normal. Y que no me digan que hay que primar la educación y por eso aceptar el hiyab. Perdón, pero eso forma parte justamente de la educación: poner límites a los chicos, enseñarles que hay reglas. A mí no me dejaron entrar en el instituto con minifalda, y les aseguro que entonces la minifalda significaba mucho: era una reivindicación de libertad e independencia. Una profunda señal de identidad. Veo en el Gobierno mucha vaguedad ante estos temas, un mirar para otro lado a ver si las cosas se arreglan por sí solas. Pero no se arreglan. Todo esto no es baladí: es un pulso al modelo social y debemos definir y defender ese modelo. Creo que hay que prohibir el velo y el burka: atentan contra la dignidad de la mujer. Y pienso que el respeto a las creencias religiosas no nos impide reforzar el carácter laico de la sociedad civil. Que quede clara la diferencia entre fe privada y vida pública: es uno de los grandes retos de este siglo. Y ahí le duele a la Conferencia Episcopal.

lunes, 26 de abril de 2010

Samaranch, clarioscuros de un hombre de su tiempo



Juan Antonio Samaranch Torelló, también llamado en ocasiones Joan Antoni Samaranch i Torelló catalana (Barcelona, 17 de julio de 1920 - 21 de abril de 2010), fue un empresario y político español. En 1991 le fue concedido el título de marqués de Samaranch. Entre 1980 y 2001 presidió el Comité Olímpico Internacional. según la grafía.

Biografía

Compaginó la práctica de diversos deportes (fue destacado jugador y entrenador de hockey sobre patines, boxeador, futbolista) con los estudios de profesor mercantil y se diplomó posteriormente en el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa.
Fue periodista deportivo (enviado especial a Helsinki 52) y presidente de la Federación Española de Patinaje, además de jefe de la delegación española en varios JJOO desde Cortina d´Ampezzo 1956. Cuando era periodista el 13 de abril de 1943 en un partido de vuelta entre Madrid y Barcelona los jugadores del Barcelona fueron amenazados por la Guardia Civil y les dijeron que de allí no saldrían vivos si no perdían el partido, el partido acabó 11 a 1 a favor del Real Madrid. Samaranch se quejó sobre esto y le retiraron su licencia de periodismo y no le dejaron ejercer durante un período. 

Tiempo después para poder ejercer su profesión y ganarse el respeto del Régimen se afilió a la Falange. Inició su carrera política como concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Barcelona (1955-1962), organizando en dicha ciudad los II Juegos del Mediterráneo y posteriormente fue designado Delegado Nacional de Educación Física y Deportes (1967). En el año 1964 pasa a ser procurador en las Cortes franquistas donde estuvo presente en tres legislaturas, hasta 1977.
En 1973 fue nombrado presidente de la Diputación Provincial de Barcelona y cuatro años después embajador en la Unión Soviética y Mongolia (1977), momento en que era ya vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI), organización en la que ingresó en 1966. Este cargo le propició la oportunidad de establecer en la Europa del este los contactos políticos necesarios para poder alcanzar la Presidencia de la institución olímpica.

Presidencia del COI

Fue elegido Presidente del COI en la 83ª Sesión del Comité Olímpico Internacional celebrada en Moscú, previa a los Juegos Olímpicos de 1980, celebrada entre el 15 y el 18 de julio de ese mismo año. Entre sus logros más importantes se le reconoce haber acabado con el boicot político a los Juegos Olímpicos que vino produciéndose en anteriores ediciones (1976, 1980 y 1984).
Durante su mandato se permitió la participación de deportistas profesionales, lo cual estimuló un aumento en el nivel de competición de todos los países participantes. Otro de sus mayores logros fue sacar al movimiento olímpico de la bancarrota en la que se hallaba sumido al final de la década de 1970, cuando las ciudades empezaban a plantearse muy seriamente la rentabilidad de una candidatura. Samaranch concibió el patrocinio olímpico como algo global que se debía hacer desde el COI y no como hasta entonces desde la ciudad organizadora. En su haber está también el nuevo Museo Olímpico de Lausana.
En 1992 vio cumplido su sueño de albergar los JJOO en Barcelona, con gran éxito. Barcelona se enfrentó a Ámsterdam, París y otras ciudades postulantes. Esto fue en 1985.
En 1999 afrontó la crisis originada en el seno del COI debido a los escándalos en torno a Salt Lake City 2002.
Pero la presidencia de Samaranch también estuvo marcada por la polémica. No faltaron las voces críticas de que los juegos se pasaron de la raya en cuanto a comercialización, que el consumo de sustancias para mejorar el rendimiento se disparó y que perpetuó la imagen del COI como un club privado para elites.
El autor británico Andrew Jennings, uno de los críticos más duros de Samaranch, escribió que “la corrupción pasó a ser el lubricante de su industria olímpica, y que desplumó al deporte de su integridad moral y monetaria”.
La reputación de Samaranch fue afectada sobre todo por el escándalo de Salt Lake, que derivó en la expulsión de seis miembros del COI y la renuncia de otros cuatro que recibieron más de un millón de dólares en efectivo, obsequios, becas y otros favores a cambio de que la ciudad estadounidense de Salt Lake obtuviese la sede de los Juegos de Invierno.“Lo que lamento, lo que realmente lamento, es lo pasó en Salt Lake City”, señaló Samaranch.
“Fue un golpe devastador a la organización, para él”, comentó MacAloon. “Fue quien recomendó a varios de los miembros que aceptaron los sobornos ... Es algo que dejó una huella imborrable en su presidencia”.
Samaranch aprovechó la crisis para aprobar una serie de reformas que permitieron que el proceso de selección de una sede se hiciese más moderno, abierto y democrático, incluyendo una prohibición de las visitas de los miembros a las ciudades postulantes. “Usamos esta crisis para cambiar la estructura del COI”, dijo. “Quizás sin esta crisis, esto no habría sido posible”.
En diciembre de 1999, Samaranch se convirtió en el primer presidente del COI que testificó ante el Congreso de Estados Unidos, aguantando tres horas de cuestionamientos por parte de legisladores escépticos de las reformas.
La olimpiada de Sydney 2000, que Samaranch describió como la mejor en la historia, permitió devolverle el brillo a las justas. Pound dijo que el escándalo no debe quitarle lustre al legado de Samaranch. “El progreso y logros en su contexto histórico eclipsarán el hecho que estaba en la mirilla cuando estalló lo de Salt Lake”, dijo.







El pasado de Samaranch también fue oscuro para sus detractores. Jennings y otros le denunciaron por haber sido funcionario de la dictadura de Francisco Franco.
Indignado, Samaranch se defendió diciendo que eran los españoles, no periodistas extranjeros, quienes tenía que juzgarlo por su pasado. Indicó que sólo tuvo un papel modesto como funcionario y líder parlamentario del movimiento falangista.
En 2001, Samaranch no se presentó de nuevo a la presidencia, siendo sucedido por Jacques Rogge, y nombrado Presidente de Honor Vitalicio. Entre sus familiares también existen algunos con vocación de dirección deportiva: su hijo, Juan Antonio, es miembro del COI y su hija, María Teresa, es presidenta de la Federación Española de Deportes de Hielo.


 Hijo de José Antonio Samarach