El Ministerio de Defensa condecoraba la pasada semana a 10 soldados por labor en la misión en Afganistán. Teniendo en cuenta que en Afganistán se está en “misión de paz” y esta condecoración se concede sólo en situaciones de guerra, existe una pequeña contradicción. A continuación reproducimos el relato de los hechos por el que se ha condecorado a uno de ellos, dejamos a gusto del lector/a si estas acciones demuestran que España está en misión de guerra o paz:
El capitán Iván San Miguel, los sargentos Antonio Chincoa, Carlos Rachid Gómez y José Enrique Serantes y el cabo Marco Álvarez se encontraban de patrulla el 2 de septiembre de 2009 en la zona del problemático paso de Sabzak, al sur de Qala-i-Now, cuando sufrieron una emboscada. En medio del combate, una bala rebotada impactó en la pierna del sargento Serantes. Sus compañeros hicieron huir a los insurgentes y evacuar al herido. Al día siguiente, su compañía salió en busca de los atacantes y abatió a trece de ellos mientras el resto huía. Su acción, manteniendo varias horas el combate, mereció el valor acreditado y la máxima condecoración que se concede hoy en día.
Este tipo de contadicciones llevó a que el Ministerio de Defensa pusiese reparo a la hora de pagar determinadas pensiones de viudedad, ya que los muertos en Afganistán no eran caídos en acto de combate. El Gobierno se empeña en hacernos pensar que ha transformado al Ejército en una especie de ONG, "Besucones sin fronteras" . Mientras tiene estas dudas semáticas, cientos de soldados españoles se ven expuestos constantemente a un peligro real, en una guerra no declarada.
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