martes, 30 de marzo de 2010

Chechenia




El Cáucaso: la zona más conflictiva de Rusia
La lucha de Moscú por el control de esta región con más de 60 etnias diferentes se remonta al siglo XVIII.- Las guerras de Chechenia simbolizan el abismo existente con el Kremlin


El Cáucaso se localiza en el sudeste del continente europeo, entre el mar Negro y el mar Caspio, a caballo entre Europa y Asia. En su vertiente sur coexisten tres países que recuperaron su independencia en 1991 tras la desintegración de la Unión Soviética: Armenia, Georgia y Azerbaiyán. La vertiente norte pertenece a Rusia y en ella se hallan siete repúblicas autónomas: Chechenia, Osetia del Norte, lngushetia, Daguestán, Kabardino-Balkaria, Karachevo-Cherkesia y Adiguea. En la región caucásica viven unas 30 millones de personas. Existen más de 60 etnias diferentes. La religión mayoritaria es la cristiana ortodoxa, pero la minoría musulmana es mayoría en varias regiones. Chechenia e Ingusetia están emparentadas por sus comunidades musulmanas.


La lucha de Moscú por el control del Cáucaso se remonta al siglo XVIII, cuando el Ejército del zar Pedro el Grande llegó a la zona para mantener alejado al Imperio Otomano. Desde entonces, los conflictos étnicos y nacionalistas son constantes. Tolstoi relata esta tensión y confusión en su libro Hadjí Murat (Verticales). Además, existen factores económicos y geoestratégicos que convierten a este territorio en un polvorín. Tanto Rusia como Estados Unidos consideran el Cáucaso esencial para sus intereses al ser una de las puertas que comunican Asia con Europa y ser al mismo tiempo una zona rica en hidrocarburos y yacimientos de uranio.

El norte del Cáucaso es el más problemático por la búsqueda de independencia de las provincias. Con el colapso de la Unión Soviética en 1991, las ansias independentistas de Chechenia volvieron a despertar y en 1994 los rebeldes chechenos entraron en guerra con Moscú. Los insurgentes consiguieron detener la ofensiva rusa. El Gobierno de Boris Yeltsin se vio obligado a retirar las tropas rusas tras dos años de conflicto armado y tuvo que declarar el alto el fuego unilateral en 1996. La República de Chechenia se mantuvo independiente hasta 1999. El precio, sin embargo, fue muy alto.

En 1999, guerrilleros chechenos atacaron enclaves de Daguestán y el Ejecutivo ruso, enfurecido por una serie de atentados en Moscú que atribuyó a los rebeldes chechenos, decidió atacar a sangre y fuego la república chechena. En mayo del año 2000, el primer ministro Vladímir Putin restableció el gobierno directo del Kremlin en tierra chechena. Desde entonces, la sociedad de Chechenia está bajo el control de administraciones prorrusas. El año pasado, Rusia dio por terminada la guerra en Chechenia y su actual presidente, Ramzán Kadírov, es un fiel aliado de Moscú.

El año pasado, el atentado contra el presidente de la república de lngushetia, Iunisbek Yevkúrov, aumentó la tensión en la zona y mostró el deterioro de la situación en las regiones del Cáucaso ruso.

OPINIÓN: Recientemente se han producido una serie de atentados en Moscú indiscriminados. Desde occidente, se tiende a comprender las luchas de los débiles, y en este caso, mujeres que explotan en el metro no son un síntoma de fortaleza. probablemente sean lo que se han llamado "viudas negras", es decir, mujeres que han perdido familiares y que deciden suicidarse matando, aumentando la espiral de violencia. Lo cierto, es que a nuestra opinión, ninguna causa justifica la muerte de inocentes, de civiles, aunque sea para vengar la muerte de civiles (como la horrible masacre de Beslán). En este conflicto, no hay buenos ni malos (empiezo a pensar en que en pocos conflictos esta división es válida), sino una espiral de odio y violencia con difícil solución. Desde Occidente, desde tan lejos, es difícil comprender el nivel de violencia y desesperación que puede llegar a producirse en Chechenia, para los soldados rusos, los independentistas chechenos y sobre todo, y esto es lo más preocupante, para la población civil. Quizás, la única solución, sea la imaginada por Anna Politovskaya,

Esta mujer dedicó al periodismo y a la defensa de los derechos humanos. Fuera de Rusia, Politkóvskaya recibió una aprobación general por su trabajo en Chechenia, donde visitó frecuentemente hospitales y campos de refugiados para entrevistar a las víctimas. Dijo sobre sí misma que no era una magistrada investigando, sino alguien que describe la vida de ciudadanos para aquellos que no pueden verla por sí mismos, porque lo que se muestra en televisión y lo que se escribe sobre ello en la abrumadora mayoría de los periódicos es mutilado con ideología.



Politkóvskaya escribió numerosos artículos críticos con la guerra en Chechenia, describían abusos cometidos por las fuerzas militares rusas, por rebeldes chechenos y por la administración chechena respaldada por Rusia y dirigida por Ajmat Kadýrov y su hijo Ramzán Kadýrov. Dio testimonio incansablemente de violaciones de los derechos humanos y abusos policiales en Chechenia y en otras regiones rusas del Cáucaso norte en varios libros sobre el tema, incluyendo "Una guerra sucia: una reportera rusa en Chechenia" y "Un pequeño rincón del infierno: crónicas desde Chechenia", que pintaba el cuadro de una guerra brutal en la cual miles de ciudadanos inocentes eran torturados, hechos desaparecer o asesinados a manos de las autoridades chechenas o federales. Una de sus últimas investigaciones giraba en torno al supuesto envenenamiento masivo de cientos de niños chechenos por una sustancia química desconocida, de acción fuerte y prolongada, por la culpa de la cual estuvieron incapacitados por varios meses.

Su relación con las autoridades rusas

En Moscú, no era invitada a las conferencias de prensa o a las reuniones a las que podían asistir los oficiales del Kremlin, en caso que se sospechara que los organizadores tuvieran simpatías hacía ella. A pesar de esto, muchos oficiales de la cúpula supuestamente hablaron con ella cuando estaba escribiendo artículos o conduciendo investigaciones, de acuerdo a sus propios artículos, ellos hablaron con ella, "pero solo cuando no era probable que fueran observados: al aire libre entre la multitud o en casas a las que se acercaban por rutas diferentes, como espías". También declara que el Kremlin trató de prohibirle el acceso a información y desacreditarla.

Amenazas a su vida

En una conferencia por la libertad de prensa organizada por Reporteros Sin Fronteras en Viena, en diciembre de 2005, Politkovskaya dijo: "La gente a veces paga con su vida por decir bien claramente lo que piensa. De hecho, una persona puede incluso ser asesinada por proporcionarme información. No soy la única que está en peligro. Hay ejemplos que prueban lo que digo". A menudo recibió amenazas de muerte debido a su trabajo; incluso siendo amenaza con violación y ejecución luego de ser arrestada por los militares en Chechenia.

Los críticos de los artículos de Politkóvskaya la han acusado de tomar partido al centrar sus informaciones en las fuerzas federales rusas, pero lo cierto es que también criticó las tácticas brutales de los rebeldes. Para ella, como ciudadana rusa, era inadmisible cualquier violación de los derechos humanos, la de las fuerzas federales como las de los rebeldes chechenos. Pero le dolía que desde las fuerzas federales, representantes (al menos en teoría) de un estado de derecho, se vulnerasen los derechos de sus propios ciudadanos. Tenía una conciencia de la dignidad humana o un sano "patriotismo" (si se puede emplear esta palabra).

Asesinato



Espontáneo memorial ciudadano a Politkóvskaya en su apartamento de Moscú, el 10 de octubre de 2006.

Politkóvskaya fue encontrada muerta por una vecina con varios balazos en su cuerpo el sábado 7 de octubre de 2006 en el ascensor del edificio donde vivía en el centro de Moscú. Fuentes policiales informaron que junto al cuerpo se encontraron cuatro balas y una pistola. Las primeras informaciones apuntan a que se trató de un asesinato por encargo, ya que recibió dos disparos, uno de ellos en la cabeza, pero no está claro quién encargó el asesinato. El hecho de que el crimen ocurriera el día del cumpleaños del presidente ruso Vladímir Putin es, en opinión de algunos, significativo. Su asesinato fue investigado por Alexander Litvinenko, ex-espía ruso que vivía en Londres con su familia, que al poco tiempo murió por envenenamiento.

Se la ha otorgado, de manera postuma, en la ciudad de Medellín, Colombia, el premio de la UNESCO "Guillermo Cano" en el marco del Seminario de la Libertad de Prensa por su trabajo en la guerra separatista de Chechenia.

En febrero de 2009 se celebró el juicio contra los presuntos acusados de matar a la periodista, en el cual resultaron absueltos por falta de pruebas.

Quizás la única y difícíl solución para este conflicto y otros, no sea más que la aplicación estricta de la Democracia y los Derechos Humanos. Quizás los/las que defienden algo tan elemental son los que están más solos/as en el mundo. Ellos/as y las víctimas.

Desde aquí, un reconocimiento a todos los que luchan de una forma u otra por los Derechos Humanos y un pésame, sentido de verdad, para todos aquellos que sufren su vulneración, ya sea en Moscú, Grozny, La Habana,,,,

Esperamos vuestros comentarios.

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