lunes, 5 de abril de 2010

SINDICALISMO Y CORRUPCIÓN




Recientemente, una amiga me comentó la posibilidad de escribir sobre el tema. La verdad es que hace tiempo que me venía rondando la cabeza poder comentar algo, pero en realidad no sabía cómo hacerlo, así es que voy a intentarlo.
¿Qué podemos decir sobre los sindicatos? Yo fui educado en lo que podríamos decir una cultura sindical, organizaciones por las cuáles los trabajadores exigían su derechos. Negociar con los empresarios desde la individualidad, es negociar desde una posición de debilidad, negociar como colectivo daba la posibilidad de mejorar las condiciones de trabajo de todos/as. Con ese objetivo nacieron los sindicatos, como un remedo contra la inseguridad laboral, para cubrir los huecos de una legislación laboral inexistente, en la que no existía seguro de desempleo, salario mínimo o las 8 horas de trabajo diario. Sin embargo, esta historia pertenece al S.XIX. Unos motivos nobles de origen no dan carta blanca a ninguna organización. La Revolución Rusa nació para acabar con la tiranía y no sólo no acabó con ella, sino que la llevó a límites monstruosos.
En el caso español, los sindicatos nacieron casi al tiempo que los sindicatos europeos, por motivos análogos. Hasta la II República tuvieron un desarrollo normal, de lucha y reivindicación, con especial mención para la UGT y la CNT. Con la llegada de la dictadura, ambos sindicatos fueron disueltos, instaurándose lo que se dio en llamar “Sindicato Vertical”, es decir, una correa de transmisión del régimen a los trabajadores, dónde quedaba excluido cualquier posibilidad de conflicto laboral.



Este sindicato y su enorme burocracia, quedaron deslegitimados de inicio por su connivencia con el poder político, si bien es cierto, que de una forma primaria y paternalista, consiguieron en ocasiones tímidas concesiones a los trabajadores. Desde dentro de este “Sindicato Vertical” se fue desarrollando, a medida que España evolucionaba económicamente, CCOO. En el mismo “Sindicato Vertical” se fueron presentando delegados sindicales que de verdad luchaban por los trabajadores. Cuando llegó la Democracia, de esta forma, en España existían dos sindicatos asentados, CCOO (ideología comunista) y la UGT (socialista).

En principio, estos sindicatos debían representar a la clase trabajadora y defender sus derechos, pero poco a poco dejaran de hacerlo. Una de las primeras medidas sobre legislación sindical fue la Ley Orgánica de Libertad Sindical. Esta Ley fija el concepto de “Sindicato más Representativo”. El Estado subsidia a los sindicatos más representativos, que tienen además presencia en sus instituciones. Se alcanza esa condición si se obtiene el 10% de los delegados (tanto de personal como miembros de comité de empresa) en el conjunto de España, o el 15% de los delegados en una Comunidad Autónoma. Por sectores, se es sindicato más representativo si se obtiene el 15% de los delegados elegidos en ese sector. Actualmente, los sindicatos más representativos a nivel estatal son Comisiones Obreras CC.OO. y la Unión General de Trabajadores (UGT). Con lo cuál, aquí tenemos una forma de en primer lugar, cerrar el paso a nuevas organizaciones sindicales (puesto que una vez que se accede a una financiación pública es difícil que una nueva organización llegue a obtener representación). En segundo lugar, un sindicato que es subsidiado por el Estado, cuyos ingresos no proceden de sus afiliados/as está de salida coartado a la hora de realizar determinadas reivindicaciones contra el poder político, de hecho se transforma en una entidad para-estatal (de forma análoga para con las organizaciones empresariales).

Otra de las disposiciones de la Ley Orgánica de Libertad Sindical es la creación de la figura del “liberado”. Tanto los delegados de personal como los miembros de los comités de empresa tienen horas de libre disposición, a cargo de la empresa, a fin de tener tiempo para ejercer sus obligaciones de representación de los trabajadores. Mediante acuerdo con la empresa, puede modificarse el número de horas así como la posibilidad de concentración en alguna persona elegida. Es lo que da origen a los llamados "liberados" sindicales.
En principio, la figura recuerda un poco a los liberados sindicales del “Sindicato vertical”, gente que deja de trabajar para dedicarse a la defensa de los trabajadores. Pero a medida que pasa el tiempo, estos “liberados” pierden de vista a los trabajadores/as a los que representan (como pasa a nivel político) y se transforman en una casta de privilegiados, que dedican sus esfuerzos a la organización, no a los trabajadores. Los sindicatos, como cualquier gran organización, a medida que se asientan y generan su propia infraestructura y burocracia, empiezan a defender sus intereses, no el de sus representados, es decir, defienden los intereses del sindicato por encima si es necesario del de los trabajadores/as. Las listas, para ser elegido dentro de la representación en una empresa, las conforma el sindicato, son listas cerradas (como en las elecciones políticas), si quieres estar en ellas te debes sobre todo a la dirección del sindicato. En caso de que la lista no salga elegida, los sindicatos pueden elegir liberarte de forma unilateral, con lo cuál pueden asegurar tu sustento durante unos años.


Este proceso de degradación sindical no fue automático. De hecho, la prueba de que los sindicatos han ido perdiendo fuerza de forma paulatina es que convocaron varias huelgas generales 1988, 1992, 1994 y 2002. Sin embargo, el número de afiliados ha ido descendiendo paulatinamente, estallando cada cierto tiempo escándalos sindicales como el de la PSV. En el año 1994 la UGT tuvo que hipotecar todo su patrimonio en un crédito del ICO a causa de una deuda generada, por la asunción de lo adeudado por su cooperativa de viviendas PSV tras su quiebra, que afectó a más de 6.000 cooperativistas. Esta deuda fue pagada con un crédito ICO (estatal). Posteriormente, el gobierno “pagó” la deuda histórica que adeudaba al sindicato por las incautaciones de patrimonio en la época franquista (cosa que no hizo con la CNT por ejemplo). Este pago de la “Deuda histórica” ascendió a la totalidad de la deuda contraída por la UGT con el ICO. Conclusión, el fraude de la PSV lo pagó el Estado, es decir, todos. A cambio, Nicolás Redondo tuvo que dimitir, la disidencia se paga.


El último elemento que podríamos citar sobre la conexión Estado-Sindicatos que llevan a la Corrupción es quizás el más importante, la formación. Desde hace años, los sindicatos han accedido a ofrecer formación a los trabajadores/as, no de forma altruista como fue en las primeras etapas, sino accediendo al sistema de financiación de la Fundación Tripartita. En la Fundación, estos fondos son administrados por el Estado, los sindicatos y la patronal. Estos fondos han sido y son muy cuantiosos, se dedican principalmente a la formación continua, ocupacional y a estudios de investigación. El gran fraude de los fondos se ha producido aquí, las centrales sindicales han ejecutado, ellas mismas, estas acciones, ofreciendo la formación directamente en sus dependencias, externalizándola a empresas privadas (a cambio presumiblemente de alguna compensación, eliges dárselo a una empresa y no a otra) o directamente, creando empresas propias o “amigas”, en las cuáles los costos de esta formación a menudo están “inflados”. Con respecto a cómo se gasta éste dinero público no existen controles fiables.

Con este panorama, ante las críticas de inoperancia e inactividad ante las crisis, el pasado 23 de Febrero las centrales sindicales convocaron una manifestaciones para protestar contra la reforma del sistema de pensiones. El gobierno había lanzado un globo sonda para tranquilizar a los mercados y dar una coartada de “protesta” a los sindicatos. La manifestación no fue masivamente seguida y el gobierno retiró la medida.

Es descorazonador que entidades que deberían dedicarse a la defensa de los más débiles se estén lucrando con dinero público olvidando sus objetivos.



Espero vuestros comentarios.

1 comentario:

  1. Muy interesante el artículo. La verdad es que siempre he pensado que los sindicatos defendían a los trabajadadores qeu estaban más protegidos. A los inmigrantes, jóvenes y demás personas con contratos temporales precarios o, lo que es peor, clandestinos, nadie les defiende.

    Pero sin embargo dicen que le bajan el sueldo a los controladores aéreos o a los pilotos y la salen sus sindicatos y sus abogados a meter presión

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