jueves, 8 de abril de 2010

Caja Castilla la Mancha o el juguete de Hernández Moltó



"¡Míreme a los ojos!". Pocos esperaban la dureza y la agresividad con la que el portavoz socialista Juan Pedro Hernández Moltó se dirigió al ex gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, en su comparecencia en el Congreso de los Diputados, hace ahora 15 años. La dimisión del gobernador (que fue quien pilotó la crisis bancaria de los años ochenta) por supuesto tráfico de influencias y por no haber declarado a Hacienda sus ganancias en unas inversiones financieras, fue uno de los primeros escándalos de la última legislatura de Felipe González. Y el entonces diputado trató de marcar distancias respecto a Rubio y expresar la decepción del PSOE sobre su actuación, con una intervención por la que todavía es recordado.
La memoria colectiva es frágil. En realidad, la frase con la que Hernández Moltó inició su duro parlamento contra el ex gobernador no era exactamente la que se le recuerda. Lo que dijo fue: "Señor Rubio, ¡míreme a la cara! ¡De frente! Me recuerda, ¿no?". Así lo recoge el Diario de Sesiones de la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados de aquel 15 de abril de 1994 . Así continuaba: "¿Recuerda a muchos de los diputados y diputadas de este Grupo Socialista? Hace dos años, con motivo de lo que se dio en llamar el asunto Ibercorp, estábamos discutiendo también en esta Comisión. (...) Si quiere que le diga la verdad, señor Rubio, mi grupo tiene la sensación de haber sido sorprendido y traicionado en aquella buena fe".

No conocemos con qué cara habrá mirado este fin de semana al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (quien, por cierto, en abril de 1995 pasó del Tribunal de Defensa de la Competencia a la Comisión Nacional del Sistema Eléctrico), ahora que, con la intervención por parte del supervisor, ha perdido la presidencia de la Caja Castilla-La Mancha (CCM), a la que llegó hace diez años.
El suyo es otro de tantos casos de políticos de uno u otro color que han llegado a la presidencia de una caja de ahorros española. Juan Pedro Hernández Moltó (Alicante, 1952) es un veterano socialista que repartió sus actividades políticas entre la comunidad de Castilla-La Mancha y el Parlamento nacional .

Carrera política

Hernández Moltó es un ejemplo perfecto de la politización de los órganos de gobierno de las cajas de ahorro. Nacido en Alicante el 3 de enero de 1952, y licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, en 1976 ingresó en el PSOE, por el que sería designado vicesecretario general en Castilla-La Mancha en 1989, y secretario general de 1990 a 1997.

Toda su carrera ha estado prácticamente centrada en el ejercicio de cargos públicos. Responsable de la Consejería de Transportes y Comunicaciones del Gobierno Regional (1981-1982) durante la etapa preautonómica de Castilla-La Mancha, posteriormente, fue consejero de Economía, Hacienda, Comercio y Turismo (1982-1983) y de Economía y Hacienda (1983-1988) de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Diputado del PSOE por Toledo de 1989 a 1999 y ejerció como portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Economía del Congreso durante sus dos primeras legislaturas y como portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Industria en su tercera legislatura.
Precisamente como portavoz socialista en la Comisión de Economía del Congreso, vendría su salto a la fama como vocal en 1994 de la Comisión de Investigación del caso Mariano Rubio. Cuatro años después, en 1999, sería recompensado con la presidencia de Caja Castilla La Mancha.


Y ahora, Hernández Moltó tiene que dejar la entidad después de que tampoco ha logrado convencer ni a Ibercaja ni a Unicaja de una fusión que hubiera podido evitar, o cuando menos retrasar, la que ha sido la primera intervención del Banco de España en una caja de ahorros.

 El caso de CCM es un ejemplo exacerbado de lo que ha ocurrido en algunas partes del sector financiero español durante la etapa de bonanza y liquidez abundante en los mercados internacionales. Según el acuerdo de la Comisión Ejecutiva del Banco de España sobre de CCM del 28 de marzo, la situación de la entidad se había hecho insostenible en los meses previos a la intervención.
La inspección realizada en 2008 supuso un incremento de los saneamientos y ajustes necesarios de 441 millones de euros. Una segunda inspección reveló que eran necesarios ajustes del patrimonio neto por valor de 600 millones. El supervisor calificaba la gestión del equipo directivo de la caja como “deficiente”, debido a que tenía más del 40% de la inversión crediticia de la entidad en el negocio promotor-constructor o en financiación a empresas del propio grupo, que formaban parte de su corporación. Además, contaba con una excesiva dependencia de la financiación mayorista, un mercado que se cerró a raíz de la crisis subprime en el verano de 2007.

Deterioro fulminante


Una medida de cómo fue el deterioro de la caja ante el cambio en el entorno lo dan sus principales ratios. De diciembre de 2007 a diciembre de 2008, su morosidad pasó del 0,5% al 9,32%. En junio de 2009, sus impagos ya alcanzaban el 14,15%. La ratio de solvencia (recursos propios totales sobre activos ponderados por riesgos) era a cierre del ejercicio 2008 del 5,2%, por debajo de los mínimos regulatorios, situado en el 8%.
Encargó a UBS encontrar una solución corporativa para CCM, que culminó con la adquisición en noviembre del negocio bancario de la caja por Cajastur. La operación empleada por la entidad asturiana se sale de los esquemas clásicos. Se queda exclusivamente con el negocio bancario, pero excluye la corporación CCM, una de las principales fuentes de pérdidas de la caja, con unos números rojos potenciales de 2.500 millones. Los depósitos y los créditos se integran en la filial de Cajastur Banco Liberta, del que la entidad asturiana contará con un 75% del capital y CCM, el 25%. Así, CCM desaparece como caja de ahorros.

Esta operación ha generado algunas críticas en el sector de cajas debido a que se entiende que con la incorporación del negocio a un banco se abría un peligroso precedente para variar el estatus jurídico de las cajas. Toda la operación se articula con el apoyo del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de las cajas, nutrido con aportaciones privadas de las propias entidades. Aunque el coste final de la operación se desconoce, la pérdida máxima esperada podría ser de 6.275 millones.
Entre los proyectos “de reconocido solvencia” financiados por CCM están la construcción del aeropuerto de Ciudad Real o el proyecto del “Reino de Don Quijote”, mezcla de parque de atracciones y Las Vegas en mitad de La Mancha. Os dejo unos bocetos del proyecto. No creáis que no son los auténticos, aunque parezca mentira, esto era lo que querían construir.

 Las futuras Vegas de La Mancha
El Parque acuático


2 comentarios:

  1. Los proyectos esos me recuerda un poco a los dibujos y obras de los ilustrados y socialistas utópicos del siglo XVIII y XIX, que querían hacer cosas como una bola del mundo en el retiro de 300 metros de alta con una bonita carabela en la cima.

    Pero sí, es impresionante, es como el complejo ese que quieren hacer en los monegros gastándose todo el agua del Ebro.

    Por cierto, si queréis echaros unas risas tenéis que ver este vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=-2lsBV30l3o&feature=player_embedded

    ResponderEliminar
  2. Megalomanía de provincias, si no fuera con dinero público sería hasta gracioso,,,jeje.

    ResponderEliminar