jueves, 11 de noviembre de 2010

Respuesta a E.Orsi. El sindicalismo actual.



En respuesta al artículo que recibimos de E.Orsi con respecto a los sindicatos (http://hablarsintapujos.blogspot.com/2010/11/post-sindicalismo-cuidado-que-vienen.html), me gustaría hacer una serie de puntualizaciones. Primero se afirma que hablo de los sindicatos con desconocimiento. Sin hablar demasiado de mi biografía he de decir que mi familia ha estado afiliada a CCOO y yo mismo, he trabajado en CCOO y UGT como técnico, es decir, como contratado. Desde esa posición puedo decir, que he justificado subvenciones que no se dedicaban a su objeto. Esto no es sólo una práctica sindicato, también lo hacen las organizaciones empresariales en muchos casos, empresas de formación e incluso ONG’s. Evidentemente, no tengo pruebas, ni fui a la fiscalía o a la administración para denunciarlo. No puedo hablar por todos las secciones sindicales, como no se puede hablar de todos los políticos, todos los jueces o todos los valencianos, no conozco a todos, pero uno puede sacar conclusiones en virtud de la experiencia, lo contrario es pedir un acto de fe en lo ideal de un colectivo, en este caso los sindicalistas.

Con respecto a la financiación, coincido en los porcentajes, 90% y 10%, pero el primero sería de financiación pública y el 10% financiación de los afiliados. Que este sistema también los tienen las organizaciones empresariales y los partidos políticos, es cierto, pero así mismo es también injusto. ¿Por qué debemos pagar todos unas organizaciones que defienden los derechos de sus afiliados? No parece bien ni en el caso de sindicatos, ni patronales ni partidos. ¿por qué la formación continua y ocupacional debe entregarse a la Fundación Tripartita en la que se distribuye entre empresarios y sindicatos? Ambos terminan adjudicándola a empresas en subcontratas o creando sus propias empresas (sí, empresas sindicales) para ejecutarla ellos mismo (además de ejecutarla directamente a través de sus fundaciones). Esto da lugar a corruptelas de diverso tipo y en el mejor de los casos, despilfarro. Las cuotas de los trabajadores, en nuestras nóminas, las retiene el Estado, ¿por qué no las dedica directamente éste? ¿Acaso entrega los fondos de pensiones a agrupaciones de pensionistas o a la patronal de las residencias de la tercera edad?



En relación a los liberados, tampoco me parece justo que una persona deje de trabajar por el hecho de representar a sus compañeros. ¿Qué hay más bonito y realista que seguir en tu puesto de trabajo, en contacto con los defendidos? Los sindicatos tienen liberados que no han sido elegidos por los trabajadores, yo he conocido a varios, no puedo decir los números, supongo que va en función de las administraciones, pero existen. Está claro que no tengo un estudio concienzudo sobre el tema, creo que no se ha hecho ninguno al respecto (ni se dejaría hacer). Pero por simple lógica, estar liberado es mejor que estar trabajando, las condiciones laborales no son las mismas, como demuestra el hecho de que muchas personas desean “ser liberados” y no suele pasar lo mismo con los “presidentes de la comunidad de vecinos”, cargo engorroso y no remunerado (si se me permite la comparación).


También se comentaba en el artículo que las subvenciones a los sindicatos nacen de las leyes, éstas emanan del Estado no del Gobierno. A parte de que el argumento es un sofisma, porque el Estado está dirigido por unas personas, estas subvenciones crean redes clientelares. Por ejemplo, podría comentar varios casos en las que campañas institucionales en medios de comunicación son financiadas con fondos públicos. A nadie se le escapa, que estas campañas no se hacen en todas las radios ni en todos los periódicos. Estas campañas, además de publicitar  una política pública, suponen una financiación para estos medios y pueden ser usadas para moderar la línea editorial, como premio o como castigo. Que la política de los sindicatos no hubiese sido la misma con un gobierno del PP es evidente (habiéndose hecho las mismas reformas laborales). CCOO y UGT han actuado contra el gobierno regional con dureza, no lo niego, en muchos casos cargados de razones, pero desde mi punto de vista no han exhibido la misma dureza contra el gobierno del PSOE. En cierta manera, esto me parece una traición al sindicalismo, que es exclusivamente (para mí) defensa de los intereses de los trabajadores, gobierne un partido, gobierne otro o exista una dictadura comunista que teóricamente defiende los intereses de los trabajadores (como pasó en Polonia).


En tu artículo planteas que ¿por qué entonces salen elegidos CCOO y UGT? Desde mi punto de vista, ni los sindicatos son unos desinteresados idealistas ni la banda de Alí Babá y los 40 ladrones, está claro, en cada caso los trabajadores consideran como se han comportado sus delegados sindicales. Sin embargo, determinadas leyes fomentan la concentración sindical, es decir, a partir de cierto % se considera a un sindicato “el más representativo”, este sindicato (o sección sindical) negocia los convenios colectivos de todos, a la larga hace que el resto tiendan a competir en las elecciones con más dificultades, no es imposible, pero hacen más difícil su representación. Igualmente ocurre con los partidos políticos ¿por qué si no surgen nuevos partidos cuando la gente se siente tan hastiada de los existentes? Digamos que existe una ley electoral, en las elecciones políticas y sindicales, que a la larga favorece a las grandes organizaciones, que una vez con representación y fondos, compiten con más ventaja con respecto a las pequeñas. Aún así, surgen nuevos partidos o crecen pequeños sindicatos, como el CSIF u otros.
Por último, hablar de las “cadenas ultraconservadoras” como argumento para tener una actitud más amable con determinados errores sindicales, me parece poco acertado, significa que en virtud de un cierto izquierdismo hay que mirar a otro lado, para evitar las críticas de la derecha. La verdad o lo que uno considera que es su verdad, aunque sea de forma relativa, es cierta lo diga quién lo diga. ¿Qué con las Cajas de Ahorro los políticos han robado cientos de millones de euros? Es cierto, en nuestra sección de economía hemos escrito varios artículos al respecto, te los adjunto:





Dicho esto, que los partidos saqueen las arcas públicas, junto con ONG’s, etc, no justifica que los sindicatos también tengan derecho (y legitimidad para hacerlo) para hacerlo. Sería tanto como decir “El Estado es de todos, roba tu parte” y nadie puede creer que los sindicatos puedan pensar así.


En mi opinión, las organizaciones empiezan defendiendo unos ideales pero a medida que pasa el tiempo, adquiere dinámicas propias, que hacen que los intereses de la organización como tal, sean más importantes que los fines para los que fue creada. Los sindicatos y sus liberados, como el colectivo de los policías o jueces, no son ni lo mejor ni lo peor de la sociedad, están sacados de ella, sus éxitos, fracasos y corruptelas, en el fondo, son reflejo de los éxitos fracasos y corruptelas de la país en general.

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