Las celdas que a finales de abril y durante un par de días ocuparon más de 40 carniceros, acusados por el Gobierno venezolano de especulación, son desde hace un par de semanas el hogar de una decena de corredores de Bolsa. Estos caballeros de traje y corbata fueron llevados allí también por especular, pero con los precios del dólar permuta, uno de los mercados paralelos de divisas que operan en Venezuela desde que se instauró el control cambiario.
El 13 de mayo pasado, el presidente, Hugo Chávez, les declaró la guerra, y desde entonces 12 de ellos han sido detenidos acusados de cometer delitos cambiarios, legitimar capitales o asociarse para delinquir. Como ya no caben en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), han comenzado a ser recluidos en la Brigada de Acciones Especiales (BAE) del Cuerpo Técnico de Policía Judicial.
Chávez les atribuye el "capitalismo local", el alza inusitada que ha experimentado el dólar en el mercado paralelo o permuta, esa frontera gris a la que los venezolanos han acudido para adquirir moneda extranjera, en medio del control de cambios que rige en el país desde 2003. Según estos controles, existen dos tasas de cambio oficiales: de 2,60 bolívares fuertes por dólar para las importaciones del Estado y del sector de alimentos, y de 4,30 bolívares por dólar para el resto. Luego está el dólar permuta, al que los venezolanos acceden a través de la compra de bonos emitidos por el Banco Central de Venezuela (BCV) a un precio que en los últimos meses ha llegado a duplicar el valor oficial más alto. Después está el dólar de mercado negro, del que ni siquiera es lícito hablar en los medios de comunicación, y que desde mayo ha superado la barrera de los 10 bolívares fuertes por dólar.
La Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) es desde hace siete años el ente burocrático encargado de distribuir las divisas a precio oficial, previa solicitud de empresas y particulares. Pero Cadivi trabaja "despacio". Según el diputado opositor Juan José Molina, de los 80 millones de dólares diarios que requiere la economía venezolana para funcionar, Cadivi "no entrega ni 50 millones". Por eso, el mercado permuta ha sido una tabla de salvación para que buena parte del sector productivo venezolano siga operando.
"Atacados por la burguesía"
Para el Gobierno, sin embargo, los controles funcionan a la perfección. "El mecanismo [de control cambiario] ha venido funcionando excelente... Solo que ahora estamos siendo atacados por la burguesía", dijo Chávez el 20 de mayo pasado después de ordenar, dos días antes, la suspensión del mercado de compraventa de títulos de valores en dólares y el allanamiento de decenas de casas de Bolsa.
Son 24 las firmas de corretaje intervenidas por la Comisión Nacional de Valores de las 108 que operan en el país. Y se prevé que los registros continuarán. "Todas nuestras actividades están paralizadas, solo esperamos que nos allanen", explica el directivo de una de estas empresas de Bolsa, que, "por seguridad", pidió el anonimato.
La existencia de un mercado de valores no tiene sentido en el socialismo del siglo XXI. "¿Hacen falta las casas de Bolsa? ¿Quién del pueblo las necesita? ¡No hacen falta! Esos son los ricos, que inventaron un sistema para manejar los recursos del pueblo", afirmó Chávez el 13 de mayo, el mismo día en que la mayoría oficialista en la Asamblea Nacional aprobó una reforma a la Ley de Ilícitos Cambiarios que, entre otras modificaciones, otorga al Banco Central de Venezuela el manejo exclusivo de los títulos de valores y, en consecuencia, la fijación del precio del dólar permuta. De ahora en adelante, quienes negocien estos papeles sin autorización del ente emisor deberán pagar multas e incluso pueden ir a la cárcel.
El menudeo tampoco está permitido. De acuerdo con esta ley, también puede ser encarcelado quien durante un año "compre, venda o de cualquier modo ofrezca, enajene, transfiera o reciba divisas" sin intervención del BCV, por sumas superiores a 20.000 dólares. Las operaciones inferiores a este monto serán multadas por el doble de la operación. Y Chávez ha pedido al "pueblo" que le ayude a hacer cumplir la norma, denunciando "al que quiera vender dólares a 10 bolívares".
Este es un problema de Estado, ya que el Gobierno sostiene que desde el precio del dólar hasta el de los frijoles está distorsionado por la "especulación capitalista". En plena aplicación de estos nuevos controles, el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, ha admitido que el encarecimiento del mercado permuta ha impactado en la inflación, que solo en abril fue de 5,2% y que en lo que va de año acumula el 11,3%. La oposición coincide parcialmente con este análisis, pero atribuye el alza del dólar paralelo a los retrasos en la entrega de dólares por parte de Cadivi y a la progresiva destrucción del sector productivo privado bajo las ruedas de la revolución.
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