Lo de "España es diferente" lo lanzó Fraga en los años sesenta, cuando era ministro de Turismo, como campaña de promoción del sol, la paella, los toros y la pandereta. Y desde un principio la frase pegó, porque por desgracia los españoles nos sentíamos distintos, socialmente atrasados, fuera de nuestro tiempo. Éramos una anomalía política e histórica, pura caspa racial, un disparate. De hecho, la Transición se hizo contra esa diferencia. Como el adolescente raro y marginal que aspira a ser aceptado por sus mayores, así los españoles ansiábamos dejar atrás el españolismo de degollina y castañuela, es decir, esa mezcla tan nuestra de furia fratricida y alocada fiesta, para integrarnos por fin en un entorno normal. Y salió bien. En pocos años logramos ser Europa, una democracia, un lugar aceptablemente civilizado. Se acabó la diferencia, nos dijimos. ![]() Ya verán, habrá quien celebre su zafiedad, aduciendo que Eurovisión es cursi. Y lo es, pero yo prefiero la cursilería a la incivilidad. Este es un país, en fin, que le ríe las groseras gracias a un patán y que llama arte a una boca atravesada por un cuerno. Spain is different. Viva la caspa. Rosa Montero El País (1.06.2010) |
Votos, impuestos y pensiones.
Hace 7 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario