Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Bucarest ante la sede del Gobierno rumano contra el recorte de salarios públicos y pensiones anunciado por el Ejecutivo. Los manifestantes, en su mayoría funcionarios y jubilados, pidieron la dimisión del Gobierno y del jefe del Estado, Traian Basescu, en una de las mayores protestas registradas en Rumania desde la caída del comunismo en 1989.
El plan de austeridad anunciado hace dos semanas por Basescu prevé una reducción del 25% de los salarios de los funcionarios y del 15% de las pensiones y las ayudas sociales a partir del 1 de junio. Las medidas de ajuste buscan mantener el déficit impuesto a Rumania por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
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