viernes, 21 de mayo de 2010

Vasili Semiónovich Grosman (Василий Семёнович Гроссман)

Nacido con el nombre de Iósif Solomónovich Grosman, en Berdichev, actualmente en Ucrania el 12 de diciembre de 1905, murió en Moscú el 14 de septiembre de 1964. Una niñera rusa cambió su nombre por el de Vasili, cosa que agradó a su familia. Su padre tenía convicciones social-demócratas y se adhirió a los mencheviques, en cambio Vasili apoyó la revolución rusa de 1917.
Grossman comenzó a escribir historias cortas mientras estudiaba en la Universidad Estatal de Moscú y más tarde siguió su actividad literaria al mismo tiempo que trabajaba como ingeniero en la región ucraniana de Donbas. A mediados de los años 30 Grosman dejó su trabajo como ingeniero y se dedicó en exclusiva a la escritura. Hacia 1936 ya había publicado dos colecciones de historias, y en 1937 fue aceptado en la privilegiada Unión de Escritores Soviéticos . Durante la Gran Purga algunos de sus amigos y parientes cercanos fueron detenidos, incluida su compañera. Durante meses solicitó a las autoridades su liberación, cosa que ocurrió en 1938.
Durante la Gran Guerra Patriótica, acompañó al Ejército Rojo durante su ofensiva como corresponsal de guerra para el periódico Krasnaya Zvezda (Estrella Roja), a partir de la batalla de Stalingrado hasta el fin de la guerra en Berlín.
Grosman describió la limpieza étnica en Ucrania y Polonia, y la liberación de los campos de concentración de Treblinka y Majdanek. Su artículo El infierno de Treblinka fue usado en los juicios de Núremberg como evidencia de la persecución que ejercía el régimen nazi.
Después de la guerra participó en El Libro Negro, un proyecto del Comité Judío Anti-Fascista para documentar los crímenes del Holocausto, pero dicho proyecto afrontó dificultades de la censura soviética en tanto ésta pretendía dejar de lado carácter específicamente antisemita del Holocausto (que abarcaba a judíos no sólo soviéticos sino de toda Europa) y porque las autoridades soviéticas requirieron eludir al máximo las menciones a los guardias ucranianos que colaboraron con los nazis durante el exterminio de judíos. Al final el proyecto de este libro fue suprimido en 1948.
Poco después, cuando el régimen soviético inició al año siguiente una campaña ultranacionalista que privilegiaba el sentimiento nacional ruso, Grossman empezó a revalorar indirectamente su origen judío, al ser evidente que la exaltación nacionalista auspiciada por Stalin implicaba un ataque a los judíos acusados ahora de "cosmopolitismo" y falta de nacionalismo. En esos años escribe "Por una causa justa", una novela basada en sus vivencias como corresponsal de guerra, que mantiene la ortodoxia del realismo socialista y conserva la lealtad al régimen, lo cual le ganó aplausos oficiales y fama literaria; no obstante luego Grossman escribe la segunda parte, titulada Vida y destino que es considerada su obra cumbre, y donde muestra realistamente los estragos causados por el totalitarismo nazi y el soviético durante la II Guerra Mundial.
Esta última obra fue presentada a publicación en 1962 durante el "deshielo" provocado por la desestalinización pero aún así fue prohibida por el régimen de Jruschov. La KGB confiscó de inmediato los borradores e incluso la cinta de la máquina de escribir que había utilizado el autor. Tras inútiles gestiones por parte de Grossman para que la censura soviética permitiese publicar su obra, redactó en privado su última novela Todo fluye, donde en forma más directa cuestiona el autoritarismo del régimen soviético mostrando crudamente la absurdidad y severidad de las represiones políticas en la era de Stalin. Grossman murió de un cáncer al estómago en Moscú en 1964, ignorando aún si Vida y destino sería alguna vez leída por el público.
En los años setenta disidentes soviéticos recuperaron una copia del manuscrito de "Vida y destino" y la novela se publicó primero en el extranjero, en 1980 en Suiza, y en 1988 pudo ser publicada en la Unión Soviética durante el periodo de glasnost patrocinado por el régimen de Gorbachov. En España vio la luz el 2002 una edición traducida del francés. En 2007 fue publicada en español la traducción de la obra directamente del original ruso.

TODO FLUYE



 Dentro de la literatura de la época soviética, la oficial, aquella auspiciada directamente por el régimen, era floja en contenido. El realismo socialista no era más que una cáscara, una forma de encubrir falta de talento mezclada con lealtad (o al menos ventajas económicas) con el régimen. La gran literatura rusa se gestó en los suburbios del Estado, en escritores perseguidos, en el Samizdat (en ruso самиздат y en ucraniano самвидав, transliterado samvidav,  fue la copia y distribución clandestina de literatura prohibida por el régimen soviético, de esa manera, muchas veces los disidentes lograban sortear la fuerte censura política). Siempre había pensado que los grandes escritores tenían el deber moral de oponerse a las dictaduras totalitarias, sin embargo, la vida es más compleja que las ideas, existen claroscuros. Quizás la actitud heroica de Ajmatova, el dolor expresado por Shalamov o el poema de Mandelstam (que lo costó la vida), sean la excepción que confirma la regla. La regla no es otra que sobrevivir, conservar la vida. 
Supongo que muchas grandes novelas se perdieron por personas que no escribieron lo que querían o veían. O bien escribieron parte o directamente falsearon la realidad para sobrevivir. Juzgarlos desde la actualidad, es fácil pero injusto. Vasili Grossman llegó a escribir para el régimen, pero en su fuero interno pensó diferente. No sólo pensó sino que escribió. Su obra más ensalzada fue "Vida y Destino". A mi entender, "Todo Fluye" condensó mejor sus pensamientos, las vivencias de un hombre que sale del Gulag, que encuentra a los que se doblegaron ante el peso por miedo y avaricia y no los juzga, que describe cómo fue la colectivización y el dolor de la violencia estatal. Se puede leer casi como un libro de Historia. Imprescindible para aquellos que sueñen con la construcción de viejas utopías.



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